Desde la ventana de la oficina solo podía ver el reflejo del sol en la pileta de la mini plaza a la que nunca va nadie, solo los empleados de la empresa los días lunes cuando tienen que hacer su trabajo de quitar la basurita y limpiar la piedra con cloro. Y ese cielo tan celeste, no sé mucho de estaciones acá en Quito, nunca me ubico si es otoño, invierno o verano, y tampoco me sé cuál es el orden de las estaciones, es que en este país todo es tan mezclado que en un día se pueden tener las 4, incluso en el ánimo.
Así que no perdí tiempo, sin dudar me comuniqué con un muy buen amigo, de esos con los que se puede tener una charla eterna solo con una taza de café y los temas más variados, desde las disyuntivas existenciales hasta el tema de moda, el Sí o el No. Aceptó sin ningún problema, pero hasta la hora del encuentro no tenía particularmente nada que hacer. Así que decidí ir a averiguar sobre las clases de italiano... aaay sí que es lindo ese idioma. El problema: no recordaba la dirección, hace unos tres años fui por única vez al instituto donde daban las clases pero realmente tengo mala memoria, así que comencé a hacer las respectivas llamadas, alguien de mis contactos debía saber cómo llegar allá. Primer intento, no no tengo idea. Segundo intento, uuuy... no no me acuerdo solo fui contigo esa vez pero nunca más volvi. Tercer intento, no estoy muy seguro, déjame ver en internet y te llamo. Voilá! caminé como 20 minutos tanto por cuestas peligrosas y concurridas como por calles solitarias y oscuras, pero llegué! Cumplida la misión me disponía a ir al lugar de encuentro. Ahora... eh... qué bus cojo? Me sentí una completa extranjera en mi ciudad, sí, tengo que salir más seguido y caminando, después de intentar poner al norte en su lugar alcancé a tomar el bus. Las luces de la ciudad ya estaban encendidas y el ánimo de la gente también, es que no es para menos, es viernes, la semana ha terminado, en mi caso las bases de datos y código y jsp's y etc. se iban a dormir hasta el lunes (si algo no voy a permitir es que mi carrera me consuma la vida).
Plaza Foch y mi amigo no llega, no me preocupo, el lugar es muy concurrido, bares por todo lado, gente por todo lado, risas, gringos, carros, música, frío. Necesitaba de eso. Al fin el café y la conversación, sí que uno aprende de los demás, y de uno mismo, el tiempo pasa volando cuando más deseamos su permanencia. En fin, como todo buen caballero mi amigo me acompañó a tomar el bus (punto a favor para el género opuesto :) ), y como es de suponer, cada viaje en cualquier bus es una aventura completa, señorita acomódese ahí por favor, el espacio en el que debía entrar no era mayor al de un cuaderno universitario abierto, wtf! cómo voy a entrar ahi??? Intentemos, y claro, para variar todo el mundo observando, especialmente los/las de las primeras filas. En fin, ya estaba sentada (lo logré! sí!), el cobrador del bus un completo galán, y al lado mío una chica colombiana: hola papi, me escuchas? sí muy bien amor y tú cómo estás? te cuento que voy a bajar a Colombia porque luego me voy a Italia, sí papi me voy a Italia y quiero despedirme de mi familia, ah y me voy a hacer la liposucción antes de viajar, sí.. me escuchas? uy se cortó la llamada... (Me quiero bajar, me quiero bajar).
Ya intentando distraerme luego de la llamada de la lipo le escucho a un niño, sentado en el motor, cantando música rocolera, no le doy más de 8 años pero qué sentimiento para cantar Dios!!! Resulta que era el hijo del señor que conducía el bus, insisto, cada viaje en esta ciudad es una nueva historia, y en viernes por la noche el niño estaba feliz acompañando a su papá en el recorrido del bus. Semáforo en rojo, es hora de bajarse.
Hola ma. Hola hija cómo te fue? Bien...
[Soundtrack not set yet... any suggestions?]
7 comentarios:
Well well well......
thats amazing story.
rica vida ... buen viernes... dejarase ver algún viernes jajaja... si quieres ponerle un soundtrack al post podría ser alguna canción de rockola sin moneda que sin duda era el programa que iban escuchando en el bus jeje..
qué maravillosa manera de describir un recorrido en bus (en Argentina les decimos colectivos, micros o bondis).
geniales las postales de tu país. Me quedo con el comentario sobre la ambigüedad de estaciones, y de cómo esto repercute en el ánimo.
no te imaginás lo que son nuestros inviernos...
en fin, me gustó muchísimo.
saludos.
toto tienes toda la razón... de hecho en el vingala de regreso sonaba esa emisora y el niño cantaba esas canciones con todo el sentimiento... jajaja
Publicar un comentario