sábado, 9 de agosto de 2008




















Conozco tu cara, tus gestos, esos ojos que no mienten, que enamoran, conozco tus labios, tentación roja, la puerta de esas palabras que ilusionan.

Conozco esas manos, aquellos dedos sutiles pero también decididos, dueños de mis deseos más íntimos. Conozco esta historia, la he vivido mil veces, y mil veces me ha convencido, me ha ilusionado, me ha matado.

Conozco tu cara, pero no es la misma, vuelvo a ser tu víctima, de tus palabras, tus gestos, tus manos. No eres tú pero reconozco tu actitud. Conozco mi debilidad, te aprovechas de ella, me dejo llevar. No soy la única, lo sé, pero no me importa, puedes creer que nos conoces a todas, que esa sea tu conclusión.

Pero ahora he aprendido tanto de ti, que ya no me convences, tus manos, tus labios, tus ojos, son los que he visto siempre, y me he cansado. Reconozco que la ceguera me envolvió desde que te encontré, reconozco que no estaba preparada para decir no, que solo debía esperar, que el momento iba a llegar. Ahora quiero saber más, pero no de ti, ya no me sorprendes. No lo siento por mí, sino por ti.

2 comentarios:

Nazu dijo...

Los golpes nos fortalecen.
De eso se trata, al final siempre se aprende.

Saludos.

GW dijo...

Olá! É do Equador?
Obrigada por comentar no meu blog! Sinta-se sempre a vontade para visitá-lo!!

 

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