lunes, 2 de enero de 2012

Ya ha pasado casi un año desde que me casé y la forma de ver a las personas cambia un montón, especialmente con la familia política. Si al principio intentaba caerles bien a los sobrinos (cosa que solo conseguí con uno de los 5) ahora les huyo porque me ven como potencial niñera o porque resulta que son mimados/malcriados/estresantes, y yo NO cultivé el valor de la paciencia. Siempre me he cuidado de las relaciones que tengo con las mujeres que me rodean, porque soy de la fiel convicción que en algún momento sale el puñal por cualquier razón, y con las cuñadas no es la excepción... Porque resulta que ahora trabajo con mi marido en la misma empresa y a una cuñada no le gustó y según ella no es correcto porque pueden haber extra intereses y que si ella fuera de rrhh no hubiera aceptado que estemos los dos ahí (por suerte no especificó que sea YO la que deba irse). Lo que esta man no comenta es que a ella le pasó algo similar en X trabajo, cuando se casó con X tipo y los dos tenían buenos cargos hasta que cerró la empresa. Claro, eso sí está correctísimo. Porque resulta que cuando yo voy feliz de la vida a contar una buena noticia esta misma cuñada sale con el comentario: estás embarazada? Esa jamás será una buena noticia mientras siga en este país. Porque resulta que cuando yo no era parte de la familia mi suegra era super tranquila y ahora me contradice cualquier comentario que haga de cualquier tema. Porque está de acuerdo con que me opere de la nariz "para que me suba el autoestima", porque las Macs son feas y porque su cámara de fotos toma mejores fotos que la mía. Porque cuando se juntan cuñada número 1 y suegra a ver fotos de mi matri bien la pasaron criticando a una sobrina X que uso un vestido que hacia parecer como que la muchacha se hubiera operado de los senos. Porque cuñada 2 quiere conocerme mejor. Lo siento, no confío en personas religiosas y creyentes. En cuanto a los hombres no hay mucho que decir. Solo que uno quiere que seamos más religiosos y otro es bastante imprudente. Llega un punto en que te vale intentar hacer puntos con tu familia política, porque no siempre son personas que valen la pena. Queda solo sonreír y callar, porque quieras o no, siguen siendo "familia". Estoy segura que mi familia no le hace pasar por esas situaciones a mi marido. Karma, creo que se llama.

2 comentarios:

Gary Rivera dijo...

que mala suerte la tuya! Eso de que uno se casa tambien coooon tooooda la familia es un infierno, bueno tienes que aprender a llevarlos o evitarlos todo lo que puedas!

El Hada dijo...

Te compadezco.. y te entiendo perfectamente, mi familia política se parece a la tuya, solo que al cubo! Que se le va a hacer.. algun defecto tienen que tener los maridos, no?

 

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