de un tiempo para acá.

Tu vida lleva un ritmo normal, vas al trabajo, sales con tus amigos, miras películas, tomas una cerveza, farreas, etc. Y de repente ocurre lo inesperado, un intercambio de palabras, una tarde sin mucho por hacer, un encuentro. El reloj, el tema de conversación, la confianza que le va ganando espacio a la timidez.

Qué haces entonces? Es como un desorden que le quita un poco de sentido a las cosas que has hecho hasta ahora, pero que al mismo tiempo te deja un interrogante gigante del Qué vendrá luego. El tiempo ha sido realmente corto, pero ha valido la pena. Sea bienvenido el desorden, las ganas de seguir, la lista de cosas por hacer. Seguro que todo valdrá la pena.

Entonces, qué hago? Me limito a concluir que algo bueno debí haber hecho en algún momento de esta vida o de alguna anterior. Agradezco, como tantas veces ya lo he hecho. El trabajo, los amigos, las películas, las cervezas y las farras llevan ahora un tinte de alegría, por el simple hecho de que alguien está ahí.